A la hora de valorar un retrato,
o cualquier fotografía, es muy importante tener claros cuáles son los criterios
que tú utilizas. No existe nada
más subjetivo que el arte así que únicamente tú mismo puedes decidir si estás
contento o no con el resultado.
Conseguir tener un criterio propio claro no es fácil. El problema puede ser que ni siquiera uno mismo tenga claras las propias reglas. Lo
primero es conocerlas, saber enumerarlas. Es muy útil ponerlas por escrito y a
partir de ahí tomarlas como referencia mental para que al menos tengamos un punto de partida. Finalmente el veredicto de bueno o malo
solo puede venir desde el interior.
A mi me ha resultado útil ver muchas fotografías. Respecto a los expertos tengo una opinión contradictoria. Hay que poner mucha atención respecto a quién le entregamos nuestra admiración y reconocimiento. Resulta obvio que los títulos, las apariciones en los medios, las exposiciones, los talleres no son ninguna garantía pero si son una forma de que los podamos conocer. Después cada uno tiene que hacer su propia digestión. Si nos tragamos a los expertos sin masticar vamos a tener pesadillas.
La búsqueda de la aprobación externa, de
los más cercanos especialmente, no suele llevar más que a la
desesperación cuando descubres que no puedes contentar a todo el mundo. La búsqueda de cliks en redes sociales desemboca en un pantanoso lago de uniformidad.
Para mi, por ejemplo, y recalco que es
solo un ejemplo y es MI criterio, lo primero que hago al contemplar una foto es
observar si algo se mueve por el pecho o por el estómago. Si no me pasa nada
descarto la imagen. Después aplico un poco "La parte técnica" que es un
criterio al que se recurre bastante pero para mi nunca es el primero Es verdad es un aspecto que a veces descuido en los talleres. Doy por sentado que la gente que acude o bien ya lo domina o bien no tendrá dificultad en encontrar donde formarse. Así doy prioridad al complicado descenso al interior de uno mismo con la confianza de verlo reflejado más tarde en las imágenes.
