El retrato de desaparecidos podría ser un género fotográfico en sí mismo. Si paseas por una gran ciudad no es extraño encontrar carteles como el de la imagen, redactado por angustiados familiares en un desesperado intento de obtener alguna información sobre la situación de un ser querido que venga a aliviar el dolor de la incertidumbre.
Me resulta perturbador el contraste entre las eternas sonrisas de las fotografías elegidas y el desasosiego actual. Nadie piensa, al menos yo nunca lo he pensado, que cuando te haces una foto con los amigos, en un ambiente relajado, divertido, esa imagen va a ser luego utilizada para poder localizarte. El destino de las imágenes es siempre misterioso e impredecible.
En este caso una chica de 15 años se escapa con su novio. Casi siempre en este tipo de huidas suele haber un adulto que supuestamente convence al más joven para huir. Casi siempre el chico a la chica. No sabemos aquí de quién partiría la idea. Lo cierto es que un buen día Coral, Cori la llama su madre, se lía la manta a la cabeza, se estira el pelo, de normal lo tiene rizado, especifica su madre, y decide dejarse arrastrar por el apasionado amor que siente y huir con Jesmer, un galán ecuatoriano dos años más joven que ella. Siento una enorme curiosidad por saber dónde andarán y cómo estarán viviendo esta mezcla de diversión y miedo. A día de hoy 6 de junio siguen desaparecidos.
Me resulta perturbador el contraste entre las eternas sonrisas de las fotografías elegidas y el desasosiego actual. Nadie piensa, al menos yo nunca lo he pensado, que cuando te haces una foto con los amigos, en un ambiente relajado, divertido, esa imagen va a ser luego utilizada para poder localizarte. El destino de las imágenes es siempre misterioso e impredecible.
En este caso una chica de 15 años se escapa con su novio. Casi siempre en este tipo de huidas suele haber un adulto que supuestamente convence al más joven para huir. Casi siempre el chico a la chica. No sabemos aquí de quién partiría la idea. Lo cierto es que un buen día Coral, Cori la llama su madre, se lía la manta a la cabeza, se estira el pelo, de normal lo tiene rizado, especifica su madre, y decide dejarse arrastrar por el apasionado amor que siente y huir con Jesmer, un galán ecuatoriano dos años más joven que ella. Siento una enorme curiosidad por saber dónde andarán y cómo estarán viviendo esta mezcla de diversión y miedo. A día de hoy 6 de junio siguen desaparecidos.